La asignatura de Historia se convierte en un problema cuando el alumno de Bachillerato la toma como un batiburrillo de fechas, nombres y lugares a los que no es capaz de encontrar una lógica.
En la mayoría de ocasiones, tanto profesores como alumnos, creen que la historia es memorizar una serie de datos para volcarlos en un examen y que se olvidan a los pocos días de realizarlo.
No hay ninguna duda de que la asignatura de historia no se debe tomar como un eje temporal lleno de datos, sino como una narración en donde, por un cúmulo de factores e intereses, se produjeron hechos, como guerras o revoluciones, con múltiples consecuencias que cambiaron el futuro de la sociedad y del mundo en general.
Por supuesto, existen soluciones para replantearse la asignatura de Historia y verla de otra manera y que incluso aquellos que aseguran tener «mala memoria» puedan aprobar.
La principal solución, a nuestro entender, es comprender la historia como la narración de los hechos de los países y las acciones de sus protagonistas mediante un argumento con lógica que se entienda para, luego, poder incluirle fechas y nombres.
Por último, cabe destacar y poner en relevancia la importancia de conocer la historia de nuestro país y de todos aquellos con los que hemos tenido o tenemos algún tipo de relación para comprender el presente y no volver a repetir los mismos errores del pasado.